La seguridad del paciente es una de las dimensiones de la calidad asistencial más valoradas tanto por los ciudadanos como por los profesionales y gestores de los servicios sanitarios.
La seguridad del paciente ha sido definida, en sentido estricto, como la ausencia de accidentes, lesiones o complicaciones evitables, producidos como consecuencia de la atención a la salud recibida.
La seguridad del paciente implica practicar una atención a la salud libre de daños evitables. Ello supone desarrollar sistemas y procesos encaminados a reducir la probabilidad de aparición de fallos del sistema y errores de las personas y aumentar la probabilidad de detectarlos cuando ocurren y mitigar sus consecuencias.
El Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar Social, en colaboración con las Comunidades Autónomas (CCAA), se hace eco de la Campaña: "Salve vidas: límpiese las manos" enmarcada en el Programa: "Atención Limpia para todos: Está en tus manos”, de la Organización Mundial de la Salud.